sábado, 4 de mayo de 2013

TRANSPARENCIA Y DEMOCRACIA



 Vivimos una época de crisis que ha traído, entre otras cosas, un cierto alejamiento de la ciudadanía respecto de todo lo relacionado con la res pública y una creciente desconfianza hacía quienes ejercen responsabilidades políticas, hacía las instituciones en que los mismos se integran y hacia las decisiones que de ellas emanan. Y es en épocas de incertidumbre y desazón como éstas cuando se hace necesario recordar que uno de los pilares del buen gobierno es la efectiva participación ciudadana en los asuntos públicos, requisito indispensable para conseguir la necesaria corresponsabilidad en la adopción de las decisiones públicas y la consecuente confianza entre gobernantes y gobernados. Una participación ciudadana que debe garantizarse, no sólo a nivel individual, como derecho de la ciudadanía, sino también a nivel colectivo, como derecho de los grupos, entidades y asociaciones que aglutinan y canalizan las aspiraciones comunes de los ciudadanos y ciudadanas.

En este sentido, y en el ámbito de las políticas PÚBLICAS, la participación ciudadana se constituye en elemento esencial para dotar de legitimidad a unas decisiones que deben ir encaminadas a la garantía de derechos individuales y colectivos, al combate efectivo contra la corrupción, a la protección del entorno, a la consecución de unos estándares mínimos de calidad ambiental, a la evolución de pensamiento y de acción como ciudadanía y a la consecución de democracia plena, sin simulaciones ni cortapisas. Ahora bien, la participación ciudadana no sería en ningún caso posible si no se garantizara previamente un adecuado acceso de la ciudadanía a la información que debe permitirle disponer de los datos y los elementos de juicio necesarios para ejercer con propiedad sus capacidades de decisión.

Participación y acceso a la información son, por tanto, las dos caras de una misma moneda y constituyen una dualidad cuya existencia debe quedar suficientemente garantizada como requisito indispensable de una adecuada Democracia. A este respecto, la complejidad de las políticas ambientales y de los procesos en que éstas se desenvuelven, determinan que la participación de la ciudadanía se canalice fundamentalmente a través de las organizaciones ambientales y de las asociaciones ecologistas, que están llamadas a desempeñar un papel esencial en la labor de protección del medio ambiente como colaboradores de los poderes públicos, ya sea complementando con sus propios medios las limitaciones en los recursos públicos o supliendo con su determinación y el apego a sus principios, las debilidades y carencias propias de quien debe someter su voluntad al juego de intereses que es la política.

En una época en que, más que nunca, la información es poder, la opacidad y el secretismo gubernamental siguen constituyendo el instrumento preferido de quienes se oponen a transferir ese poder a la ciudadanía y para ello no dudan en privarle de las herramientas esenciales para hacer efectivo su derecho de acceso a la información, verdadera pieza de clave del derecho de participación de la ciudadanía en los asuntos públicos.

SOBRE LA TRANSPARENCIA

1. Entendemos la transparencia como el derecho al acceso a toda la información socialmente disponible. Consideramos este acceso un derecho básico, necesario para poder ejercer el conjunto de derechos recogidos en la declaración universal de derechos humanos.

2. El derecho a la información debe ser garantizado por ley; debe abarcar tanto a los asuntos en que las personas son directamente interesadas como aquellos en que lo son indirectamente.

3. Debe incluir no solo los asuntos de carácter administrativo, sino a toda la información en poder del gobierno y de la administración, o de otras instituciones que la posean en su nombre. La información es propiedad de la ciudadanía no del Gobierno.

4. La Ley debe, igualmente, regular la información que especifica y periódicamente el estado y los distintos organismos públicos deben dar a conocer a los ciudadanos sin necesidad de que medie petición previa.

5. Debe regularse la obligación de las empresas privadas a publicar regularmente toda la información referente a los productos y servicios que ponen a la venta, y al proceso mismo de producción, con el objeto de conocer sus características, y así evitar que se produzcan riesgos para las personas y el medio ambiente

6. Los trabajadores deben disponer de toda la información referente a la repercusión del trabajo en su salud, así como la de carácter contable y patrimonial de su empresa, de tal forma que se pueda conocer en cada momento lo que aportan individual y colectivamente a la misma, en términos económicos y monetarios.

7. La información relevante para la toma de decisiones debe ser fácilmente accesible y presentarse de forma sencilla y compresible, en formatos estandarizados.

8. Todos los ciudadanos deben tener el nivel de instrucción (educación) y de acceso a las tecnologías de la información que permita el ejercicio efectivo de este derecho.

SOBRE EL CAMBIO SOCIAL INMINENTE HACIA LA DEMOCRACIA PLENA

1. El Cambio Social Inminente tiene como objetivo la consecución de una sociedad libre y transparente.

2. Nuestro ideario tiene como marco general la defensa de los derechos humanos, tal como vienen recogidos en la declaración universal.

3. Nuestra concepción de libertad puede entenderse como la lucha contra la dominación arbitraria sobre las personas o grupos de personas.

4. Esta dominación arbitraria puede ser llevada a cabo por otros individuos, grupos de cualquier naturaleza o el propio Estado.

5. Entendemos la transparencia como el derecho al acceso a toda la información disponible socialmente.

6. En el ámbito de la democracia representativa, tanto los políticos como los empleados públicos tienen sus propios objetivos e intereses, y la tendencia a retener o mantener en secreto la información de que disponen, con el objeto de dificultar que se vean los errores, negligencias y delitos que cometen.

7. En el ámbito de la economía existe una asimetría de información entre los propietarios de los medios de producción de bienes y servicios y los gestores, con respecto a los trabajadores de sus empresas, así como en relación al conjunto de los ciudadanos en su vertiente de consumidores.

8. Con carácter general existe una asimetría de información entre las personas y grupos dominantes en relación con los dominados, siendo en muchos casos esa asimetría la que mantiene el poder o lo legitima.

9. La transparencia es un medio para impulsar la lucha por la libertad, y es un objetivo en si mismo. No existe una democracia plena sin una total transparencia política y social.

DEMOCRACIA CIUDADANA DIRECTA, MEJOR QUE LA "REPRESENTATIVA"

Para mejorar las condiciones de vida de todos nosotros los CIUDADANOS, en el ámbito político, es conveniente cambiar la DEMOCRACIA “Representativa” actual por una DEMOCRACIA “Ciudadana Directa” donde la operatividad del Estado sea por participación ciudadana retribuida.

Al hacer que nuestra DEMOCRACIA sea “Ciudadana Directa” realmente podremos participar en la operatividad del País y no como hasta ahora que los Partidos Políticos sólo recurren a nosotros para que legitimemos a sus “representantes” y “gobernantes” haciéndonos participar en ejercicios electorales muy cuestionables.

Ahora que los CIUDADANOS tenemos el recurso de INTERNET y el aliento de los MEDIOS DE COMUNICACIÓN y de las INSTITUCIONES EDUCATIVAS, podremos liberarnos de la DEMOCRACIA “Representativa” que nos agobia.

Los Partidos Políticos deben convertirse en Universidades y capacitar a sus militantes para que, como CIUDADANOS, concursen por los puestos “públicos” del “gobierno”. No debe ser, como actualmente ocurre, que, por votación manipulada, alguien llegue a ocupar un puesto “público”. Debe ser por examen y sorteo que cualquier CIUDADANO pueda llegar a ser un “Servidor Público”.

Al lograr que todos nosotros los CIUDADANOS participemos en la operatividad del País, dejará de haber “clase gobernante” y “clase gobernada”.

La DEMOCRACIA “Representativa” actual es un invento de todos aquellos seres humanos “iluminados” que abrigan la ilusión de disfrutar de la gloria, privilegios y otros beneficios de “gobernar” a otros seres humanos menos “despiertos” que ellos.

La DEMOCRACIA “Representativa” es una estrategia para manipularnos a nosotros los CIUDADANOS y quitarnos la pequeña cantidad de PODER que se haya distribuido en cada uno de nosotros, para concentrarlo en unos cuantos “representantes” y “gobernantes” que invariablemente han usado este PODER, concentrado en sus manos, para beneficio propio y no de todos.

EL PODER CÍVICO Y LA ACCIÓN POPULAR ¡SON EL CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA PLENA!

El cambio de fondo que México requiere es "Construir Ciudadanía"; organizada, informada y activa; para ejercer su papel de MANDANTE (art.39); cambiar de partidos, cambiar de políticos en el papel de MANDATARIOS, es más de lo mismo, una Democracia Representativa que al NO tener el contrapeso de la Ciudadanía, termina por convertirse en Partidocracia.

Un claro indicador del menosprecio que tienen ese tipo de políticos por nosotros como ciudadanía, es que todos ellos nos ven como imbéciles incapaces de distinguir el populismo omnipresente en sus campañas proselitistas que es reemplazado por el robo descarado y voraz de los recursos públicos una vez que llegan al poder.

Y si alguno tuviera todavía el descaro de preguntar qué es populismo, entonces les damos algunos ejemplos: la clásica estrategia de todos los partidos de repartir despensas, gorras, playeras y hasta efectivo durante sus campañas electorales con objeto de comprar el voto de los más pobres; la malsana alianza de partidos antagónicos ideológicamente para aprovecharse de los mexicanos; el discurso hueco utilizado por todos los partidos en los que juran llevarán recursos a los más necesitados y al final de cuentas esos recursos se quedan en sus bolsillos.

No, definitivamente no existen políticos más populistas que aquellos que forman parte de los partidos políticos. Y nos referimos a todos los partidos, los actuales y los que se incorporan año con año como en este 2013, todo por dinero, modus vivendi y por poder de cúpulas, nunca por el pueblo.

DECÁLOGO CÍVICO-DEMOCRÁTICO Y DE EVOLUCIÓN DEL PUEBLO DE MÉXICO

1. El/la ciudadano/a es el jefe; todo servidor público debe responder y satisfacer los anhelos y expectativas de los/as ciudadanos/as.
2. Los partidos nos parten; somos México.
3. El liderazgo del siglo XXI, no forma súbditos ni seguidores, inspira el liderazgo que cada mexicano tiene para transformarlo en líder.
4. Los/as ciudadanos/as del siglo XXI, saben que ningún mesías o partido político los salvará; son ellos los actores de la transformación de México.
5. El compromiso cívico-democrático y la evolución del pueblo mexicano empieza en la actitud y mente de cada uno, el/la mexicano/a que despierta para darse cuenta que el México que sueña para sus hijos es responsabilidad de él/ella.
6. El compromiso ciudadano va mas allá de la participación en votar; consiste en vigilar que sus empleados (servidores públicos) hagan las cosas que deben hacer; para las cuales han sido contratados o seleccionados y se les paga con nuestro dinero (impuestos)
7. El/la mexicano/a puede ser votado/a; sin exigencia de subordinación o esclavización a un partido político o líder populista que puede envenenarles.
8. Dar ejemplo de ciudadanía ejemplar; conductas legales, solidarias y orientadas al bien común.
9. Ser firme, exigente y representativo/a de la voz de la ciudadanía con actitud pacífica y solidaria..
10. Reconocer a los/as mexicanos/as como integrales; seres con mente, cuerpo y corazón necesitados de libertad, justicia, reconocimiento, en la búsqueda continua del bien común e individual.

TE INVITAMOS A REFLEXIONAR Y ACTUAR

Movimiento Cívico Democrático AC , Mayo 5 de 2013
 

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